DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA:

Existen varios tipos de correctores -líquidos, en barra o compactos- en diversidad de tonos: beige, amarillo, verde y hasta violeta. Ahora bien: ¿qué tonos sirven para qué ocasiones?

No hay que ser una profesional para saberlo, sino que alcanza con aplicar la teoría del color y su archiconocida rueda, partiendo de la premisa básica de que colores enfrentados se cancelan unos con otros. ¿Algunos ejemplos? Si necesitamos disimular ojeras violáceas, deberemos usar un corrector amarillo. Si, en cambio, queremos camuflar marcas rojas, optaremos entonces por aplicar un corrector verde. La mayoría de nosotras tenemos ojeras en tonos azules, por lo que debemos apelar tanto a tonos beige como tonalidades durazno. La dinámica se repite en múltiples otros casos, quizás con la única excepción de los granitos y marcas de acné: en esos casos, lo ideal es encontrar el tono más parecido a nuestra piel para obtener los mejores resultados. ¿Tomaste nota?

Respecto al tipo indicado para cada una de nosotras, podemos tomar como principio general utilizar aquellos que nos resulten más fáciles de aplicar. Lo recomendado es aplicarlo en pequeñas cantidades sobre la zona a corregir -ya sea con pincel, esponja o incluso con la yema del dedo anular-, esparciéndolo mediante pequeños golpecitos hasta lograr disimular el defecto a corregir. Para lograr un acabado perfecto y un maquillaje reluciente, bastará con aplicarnos la base y luego el polvo, cuidando de no exagerar con las cantidades. Así que ya sabés, echá mano a los correctores, ¡y sacate el invierno de la cara!

11 de Julio, 2016.

Foto Izq: LANCÔME, EFFACERNES: unifica manchas e imperfecciones sin dejar la piel tirante. 

Foto Der.: L´ORÉAL, TOUCHE MAGIQUE: ideal para corregir e iluminar al mismo tiempo.

Foto 1: CLINIQUE, AIRBRUSH CONCEALER: suaviza líneas de expresión y arrugas finitas.

Foto 2: DIORSKIN STAR, CONCEALER: neutraliza las ojeras e ilumina.

Foto 3: MAYBEELLINE, FIT ME: cubre a la perfección ojeras, signos de fatiga e imperfecciones.