El fenómeno Pop Up

¿Qué está pasando en la escena montevideana? Hoy recorremos las propuestas pop up, uno de los fenómenos urbanos que ha llegado -más allá de su esencia pasajera- para quedarse un largo tiempo.

En espacios cerrados o al aire libre, la modalidad pop up consiste en una propuesta efímera, algo que se presenta por unos días para luego desaparecer. Pueden ser tiendas –Pop Up Stores-, propuestas de gastronomía o muestras de arte que se instalan a término y acompañan un evento. En agosto tuvimos el lanzamiento de Sinergia Design, con un mix de alternativas que irrumpió con una estética diferente.

También crecen las ferias urbanas, especializadas en un tema o integrando moda con gastronomía, y tal vez más. Así surgen Montevideo Pop Up, D Gusto y otras, centradas en la comida saludable, el mundo gourmet o las degustaciones de vinos, quesos, cervezas: las alternativas no tienen fin y eso es lo bueno. Son un espacio para la imaginación y la creatividad.  

Los espacios cerrados afines a este modelo se renuevan en forma permanente para albergar diferentes combinaciones -como el LATU, el Hotel Hyatt, el Dazzler y otros-: un día surge Mo Week como oportunidad para recorrer la nueva temporada en su conjunto, y otro día tal vez ese mismo espacio se acondiciona para la feria Camino Verde. El MAM también se ha transformado en este último año en un polo de continua renovación, y le aporta a Montevideo una mirada fresca sobre una zona tradicional.

¿Por qué nos atraen tanto los formatos pop up?

Primero, porque existen durante un momento breve para luego desaparecer. Su existencia pasajera es parte de su encanto. Ofrecen la oportunidad de comprar algo, probar algo, recorrer un conjunto de ideas -en general, con un toque renovador-, por un instante, todas juntas. Es un recorrido, un paseo de tiempo libre, una pasarela de moda o una forma de probar nuevos sabores. En algún sentido, es viajar sin moverse de la propia ciudad. Genera cierta ansiedad en el público que sabe que tiene un principio y un fin: no va a estar allí para siempre, y el momento es ahora.

Segundo, porque las movidas urbanas nos atraen cada vez más. Nos vamos abriendo a la escenografía al aire libre, a las caminatas guiadas por senderos que nos permiten “descubrir” los spots más atractivos; es algo que no habríamos podido hacer solos, porque se requiere un mapa de alternativas y una guía. En ese contexto, tiendas o propuestas gastronómicas que tal vez ya estaban allí son vistas casi por primera vez; nos esperan con un brindis, una degustación o un set de ofertas especiales. Así se diseña Paseo Rostand o el Carrasco Fashion Tour organizado por Dress. Es la posibilidad de explorar diferentes zonas, conociéndolas de una manera diferente. Para las propuestas comerciales, es transformar lo habitual en algo novedoso y a veces darle una nueva oportunidad.

Tercero, porque traen consigo una serie de formatos que están en crecimiento y tienen novedad. Así aparecen los food trucks, que ofrecen comida gourmet saludable o nuevas interpretaciones de algunos clásicos. Y tenemos que recordar que la “comida callejera” está de moda en el mundo, con su espontaneidad que rompe con lo estructurado. En este sentido se van deponiendo algunos prejuicios que tenían que ver con la higiene y la seguridad, porque una de las claves de los food trucks y los mercados verdes es generar la confianza para experimentar fuera de los espacios tradicionales. Montevideo está en ese proceso y los públicos se van animando, cada vez más, a explorar.

Y por último -pero no menos importante-, las propuestas pop up son eventos, son ambientación, son diversión. Incluyen música, DJs, socialización. Se van transformando en puntos de encuentro, para recorrer en familia o cruzarse con amigos. Son oportunidades para salir y aventurarse, porque cada conjunto es distinto: cambian los espacios, cambian los contenidos, cambian las estaciones del año. En muchos casos, la propia naturaleza aporta sus atardeceres y sus zonas arboladas como una escenografía también efímera; parte del encanto es haber estado allí, en ese preciso momento -único e irrepetible-.

Noviembre, 2017.