Por qué el día de los enamorados se llama San Valentín

Por Federica Bordaberry

No era Santo todavía, pero obraba por y para el amor. Cuentan las mitologías que San Valentín de Roma fue quien inspiró el Día de San Valentín como lo conocemos: el día de los enamorados.

En épocas del Imperio Romano, el emperador Claudio II decidió prohibir el cristianismo y, de su mano, rituales como el matrimonio y los votos matrimoniales.

Escondidos en las bodegas romanas, los hombres y las mujeres del Imperio se juntaban. Y los acompañaba Valentín de Roma. Y los casaba. Y festejaba sus votos matrimoniales. Les daba, según él, la posibilidad de festejar su amor, de unirse en alma y no sólo en cuerpo. Pero en medio de los festejos clandestinos, a Valentín de Roma lo cazaron las manos de Claudio. El castigo fue evidente, la prisión y la reclusión.

Pero –se comienza con otro “pero” porque la historia gira de vuelta y así contaban la mayoría de las historias los abuelos, lleno de “peros” en los puntos de giro– Claudio tenía una hija ciega. Las versiones sobre el cuento dicen que, quizá por bondad o quizá por enamoramiento, Valentín de Roma le devolvió la visión dándole un papel para leer. Este tenía escrito “tú Valentín” y, sin saberlo, esas palabras serían un eco que se repite todos los 14 de febrero en el mundo. Esa fecha porque fue el día de la muerte de Valentín, un mártir que luchó por potenciar el amor como fuerza por sobre el odio. Luchó por la unión de almas y cuerpos en fidelidad, por la belleza de concebir hijos, recuerdos, ejemplos.

Por eso festejamos San Valentín, porque qué sería de nosotros sin este tipo de amor. Quién puede salvarnos de la soledad más que el propio ser humano. Por eso, también, le hacemos un regalo a otro, porque festejamos un vínculo puro y noble, un vínculo generoso. Sobre todo, lo agradecemos. Por eso regalamos, por eso festejamos, por eso San Valentín es una fecha de agradecimiento.

¡Aquí algunos elegidos para celebrar el día de los enamorados!