Lo que vos podés hacer para solucionarlo: Repensar, Rechazar, Reducir, Reutilizar y Reciclar.

En 650.000 años no se había dado tan alta ni tan rápida la concentración de dióxido de carbono. Ni tan alta la frecuencia de los años más calurosos en la historia de la meteorología. Ni tan alta la cantidad de eventos climáticos extremos. Ni tantas pérdidas económicas por eventos climáticos. Ni la expansión de vectores de enfermedades, como la malaria y el dengue, a zonas en las que nunca habían estado.

La pregunta ya no es si la contaminación humana afecta al ecosistema que lo rodea, o si se está dando un cambio climático, ni si la actividad humana impacta dicho cambio. El cambio climático es un problema de hoy.

En 1969 Yoko Ono y John Lennon mandaron poner un cartel en el lugar más concurrido de Nueva York, Times Square. Leía: “War is over – if you want it” (La guerra terminó – si así lo querés). Quitando de lado la Guerra de Vietnam, Lennon y Ono dejaron un mensaje muy importante inscripto en ese cartel: el poder está en la gente.

Los desafíos que propone el cambio climático supone el compromiso no solo de los gobiernos y de las instituciones, sino de todas las personas. Es un proceso de adaptación cultural pero también de pensamiento racional.

Según el Informe Stern (2006) el costo económico de la inacción ascendería al 20% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial, mientras que el costo de hacer lo que se debería hacer ascendería a solo un 1% del PBI mundial.

A continuación, Dress presenta una guía según el concepto de las 5R: Repensar, Rechazar, Reducir, Reutilizar y Reciclar. Respetar este orden facilita una vida con menos desperdicios.

Repensar.

Repensar significa entender nuestro rol en el planeta. Cada vez que maltratamos a la naturaleza nos maltratamos a nosotros mismos. El problema es que todavía vemos ese maltrato muy lejano. Repensar es re-intencionar nuestras acciones, llevarlas a cabo con conciencia. Un dato que puede llevarnos a comprender la situación crítica que maneja el planeta es que más del 90% de las aves marinas llevan plástico en sus estómagos. Si nuestros hábitos de consumo y de descarte no cambian, en el año 2050 habrá más plásticos que peces en el mar, según la Fundación Ellen Mac Arthur.

Rechazar.

Rechazar aquellos productos de pocos o único uso es un acto de conciencia y de amor al planeta. Por eso, rechazar es re-aprender, es transformar nuestras costumbres para ser parte de un cambio. Hay que decir que no, amablemente, a productos descartables y envoltorios innecesarios. En vez, reemplacémoslos por productos reutilizables y llevémoslos con nosotros para tenerlos arriba en el momento indicado.

Es importante tener en cuenta que no hay que reemplazar todo de una vez. Es importante hacerlo al tiempo de uno, así el cambio podrá ser saludable, constante y a largo plazo.

Algunos sustitutos reemplazables:

  • Limpieza de la casa: paños reciclados, sahumerios, jabón suelto, cepillos de madera con cerdas naturales.
  • Higiene personal: crema humectante en frasco de aluminio, esponja vegetal, desodorante suelto, cepillo de pelo de manera, jabón suelto, afeitadora reutilizable con cuchillas de metal reciclable, shampoo y crema de enjuage en barra, pasta de dientes casera, cucharas de madera, copa menstrual, cepillo de dientes de bambú, pañuelo reutilizable.
  • Consumo cotidiano: jarras, purificadoras de agua, cafetera, tupper, vaso término, botella reutilizable de acero inoxidable, pajitas reutilizables de metal, cuchara/tenedor de metal, fósforos, infusor de té, servilleta de tela.
  • Compras: bolsa grande para mercado, bolsitas de tela para alimentos sueltos, bolsas de red para frutas y verduras.

Reducir.

Volver a lo útil, a lo sano, a lo cotidiano y al contacto humano. Es interesarse por la trazabilidad de lo que compramos y consumimos, su origen y su camino. Es apreciar lo pequeño sobre lo masivo. Por eso, reducir es regresar.

Es importante comprar productos diseñados para durar, priorizar la calidad sobre la cantidad. A veces, implican un costo inicial más alto pero, a largo plazo, terminan transformándose en productos más económicos y de cuidado ambiental.

Cuantas más cosas acumulamos, es mayor el tiempo, el dinero, el espacio, la energía y los recursos que necesitamos para limpiarlas, ordenarlas y mantenerlas. Es mayor así nuestro impacto ambiental. Por eso, reducir la cantidad de cosas que compramos y utilizamos a diario facilita un estilo de vida que genera desperdicios mínimos. Hay que aprender a reconocer cuáles son las cosas que realmente aportan valor a la vida cotidiana de uno.

Comprar alimentos sueltos o por peso minimiza el consumo de alimentos empaquetados. Promueve una alimentación más sana y con menos procesados. Para eso, hay que salir a hacer compras con bolsas propias y envases para pesar frutas, verduras y legumbres. En cualquier caso, si es necesario comprar alimentos empaquetados, es mejor que sea un envase de tamaño familiar y no uno de tamaño chico.

Otro consejo: simplificar la rutina de limpieza. Limpiar el cuerpo y la casa no requiere un sinfín de productos específicos. Lo cierto es que la mayoría se pueden reemplazar con preparados caseros y productos naturales que requieren pocos ingredientes. Tienen usos múltiples y, además, no nos obligan a consumir tanto plástico. En internet hay infinitas recetas y también pueden encontrarse productos sin paquete o con paquetes reutilizables.

Reutilizar.

Cuando reutilizamos estamos valorando los recursos que se usaron para fabricar las cosas que ya tenemos (y apreciarlas más). Por eso, reutilizar es cuidar.

No es necesario tirar y comprar nuevo todo lo que se rompe. La mayoría de las cosas son reparables. Podés obtener ayuda de un familiar, de un amigo o un vecino, o incluso internet. Hay miles de tutoriales disponibles para arreglar prácticamente cualquier cosa. También existen los clubes de reparación comunitaria, a los que podes sumarte, o llevarlo a un reparador en tu barrio para contribuir a la economía local.

Otra forma de reutilizar es a través de la comprar de artículos de segunda mano. En la industria de la indumentaria existe un nivel alto de contaminación, por eso cada vez hay más personas que compran y venden su ropa en tiendas vintage y ferias.

Compartir: cada día se hace más común la práctica de compartir bienes y servicios. Se pueden compartir las pertenencias en vez del consumo personal. Así se reduce la compra de productos nuevos y la demanda de recursos naturales que se necesitan para su producción.

Para los que disfrutan de las manualidades, mirar los objetos viejos con objetivo de transformarlos es reinventar. Varias marcas han profesionalizado el arte de diseñar todo tipo de productos a partir de descartes reciclables.

Reciclar.

Reciclar es reintroducir. Es un proceso compartido mediante el cual los residuos se reincorporan a la naturaleza y a las cadenas de valor. Cuando separamos los reciclables de la basura, los desviamos de los rellenos sanitarios y de los vertederos. Extendemos su vida útil y reducimos la contaminación ambiental. Los uruguayos solamente reciclan un 10% de la basura que se genera.

Ahora en Uruguay, la tecnología se puso al servicio del medioambiente. Existen herramientas digitales que permiten que el reciclaje sea más fácil para cualquier ciudadano.

Dentro de las herramientas disponibles, también existe el sitio web Tu Envase Sirve (http://www.tuenvasesirve.uy/).

También tienen toda la información sobre cuándo un material es reciclable y qué pasa después con ellos.

Otra opción la propone el CEMPRE (Asociación Civil de Compromiso Empresarial para el Reciclaje). Ofrece otra aplicación bajo el nombre de ¿Dónde reciclo?Tiene información sobre los programas de recuperación de residuos.

NUESTRO COMPROMISO

Depende del compromiso de cada ciudadano de separar los reciclables limpios y secos de la basura, y depositarlos en el contenedor o sitio correcto para que efectivamente se reciclen.

Pablo Mandeville, Coordinador Residente de la ONU en Uruguay, escribió alguna vez que solamente de nosotros, de la gente, depende que este sea el siglo del apagón o un nuevo siglo de las luces.

Esta guía ha tomado información proveniente de las Naciones Unidas, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de la República Oriental del Uruguay y de Sentido Circular.

Más información sobre métodos de reciclaje en nota Reciclar en Uruguay.

Por Federica Bordaberry.