Una emprendedora con el corazón en la moda

“Si me preguntás que me hace feliz… me da mucha alegría ir a una fiesta y que se me acerquen clientas a agradecer mis consejos y contarme acerca de sus vestidos” expresa con satisfacción Claudia Bica, empresaria de la esplendorosa casa de telas Maison C, hace ya veintiocho años.

Claudia es de aquellas mujeres que nacen con la moda en la sangre. Es sumamente elegante y siempre lleva un toque cool. Desde chica siempre fue muy coqueta; le gustaba disfrazarse, maquillarse y peinarse con planchas de pelo antiguas. Tenía una tía soltera que solía visitar los fines de semana. Me fascinaba su ropero y por sobre todo, sus tacos con corcho”. La emprendedora cuenta además acerca de sus vacaciones de julio, en las que visitaba a su familia en Treinta y Tres.Otra de mis  tías se había casado con un sastre que, una vez por semana, cerraba su local. Ese era mi día preferido, podía pasar horas jugando allí.

A la edad de diecisiete, Claudia comenzó a incursionar en el mundo de la moda. Era una época fantástica, existían grandes desfiles con fascinantes colecciones en las cuales los modistos, daban todo de sí. Usaban plumas, los mejores paños e increíbles telas, recuerda. Yendo apasionadamente a ayudar a los desfiles, Bica comenzó a relacionarse con profesionales del rubro como Álvaro Carballo, quien devino un gran amigo.

Pocos años después, la emprendedora decidió abrir una propuesta nueva en Montevideo, Maison C. Junto a Carballo, Claudia comenzó a viajar para importar las más fabulosas telas al país. Hoy, la marca trae textiles de París, Milán, Nueva York e India. Además, la casa importa exclusivos cortes de firmas como Chanel, Missoni, Armani y Elie Saab. Además, el local cuenta con una habitación íntima y espejada, toda de blanco, especial para novias.

Antes de cada viaje, en marzo y en septiembre, preparo la colección textil, definiendo lo que quiero comprar. Un 99% son telas y, el porcentaje restante,avíos distinguidos y prendas exclusivas que mandamos a confeccionar, cuenta.

Al tanto de sus viajes, no pudimos evitar preguntarle a esta apasionada por las telas, acerca de su experiencia en La Ruta de la Seda. Estuve en en China, India y Tailandia. Fue realmente apasionante ver cómo se empieza a trabajar el cordón de seda hasta el final del proceso. El sur de India es puro color. En el norte, los textiles son más pesados, y los bordados a mano de allí tienen la particularidad de ser elaborados por mujeres solas (solteras, viudas, separadas). Estos últimos,junto a los algodones, son los que mantienen procesos más artesanales”,explica.

Maison C es como una segunda casa para Claudia. Se siente muy a gusto con su equipo de trabajo y, en la parte contable y administrativa, trabajan dos de sus grandes amigas de la infancia. Sus hijos, Juan Andrés y María Elena, crecieron en el local. Si bien no trabajan en el negocio familiar, siempre fueron un gran apoyo. El trabajo en la tienda es muy personalizado, siempre hay que estar. Me gusta ayudar a mis clientas con sus modelos y a sus diseñadores a encontrar la tela indicada.”

Los mejores años de Bica son aquellos en los que termina agotada, y, su gratificación máxima, cuando sus fieles clientas la recuerdan luciendo sus vestidos. La constancia y la innovación son sus claves del éxito y su objetivo es mantener siempre la fuerza, las ganas, la pasión y la alegría.

Maison C es un sofisticado espacio de color y diseño, una casona en pleno Pocitos que te hace sentir en casa, y un exitoso negocio de casi treinta años, con el alma y el encanto de su emprendedora. Un lugar al que siempre da ganas de volver.

Por Camila Galfione