La astrología fue un descubrimiento transformador.

Magdalena, abogada y escribana, habla de la Astrología como un gran descubrimiento transformador y una pasión en su vida. Años de estudio la llevaron a comprender el lenguaje astrológico como una trama vibratoria que nos constituye y que se encuentra en perfecta resonancia con el movimiento de los astros.

¿Cómo fue tu encuentro con la Astrología y porqué fue que te conquistó?

Hace doce años me reencuentro después de mucho tiempo con una querida amiga y me cuenta que estaba estudiando Astrología a distancia en Casa XI (Buenos Aires), una de las más prestigiosas escuelas de Astrología. Yo era muy prejuiciosa en ese entonces, venía de una formación académica y familiar rígida, estructurada, y aquello de la astrología me sonaba a “chantada”, la asociaba al horóscopo del diario y falsos gurúes. No obstante, mi curiosidad natural, el respeto intelectual que le tenía (y tengo) a esa gran amiga y el hecho de que yo en ese momento estaba atravesando una crisis, te diría, existencial (me estaba separando, dejando dos profesiones universitarias, etc.), me llevaron a la búsqueda de nuevas preguntas. Y así empecé, de forma autodidacta, a leer el material de clase que mi amiga me facilitaba, artículos y videos en Internet, libros; cada vez más y más involucrada. Los primeros años fueron de mucho estudio e información, con algunos destellos de claridad pero con gran resistencia también. Cuestionaba sus supuestos (lo que me hacía investigar otros temas que iban desde la física cuántica hasta el Tarot) y hasta me enojaba con aquello que me atraía obsesivamente pero no tenía el “aval” científico que pretendía encontrar. Casi como queriendo demostrarme que la Astrología “no es verdad” me descubrí en un proceso de crecimiento y transformación personal impresionante. Y ahí me rendí. Sentí como la Astrología había estado operando en mi propia vida y comprendí finalmente aquello que tantas veces escuché decir a los grandes maestros pero recién hacía sentido en mí: entrar en la profundidad de la Astrología es rendirse al misterio de algo que opera de manera sincrónica en la existencia de todos nosotros, nuestros vínculos y experiencias, revelando un orden mucho más complejo y significativo que aquél que nuestra percepción habitual revela.

Actualmente, soy graduada en la escuela de Astrología de Silvia Neira, profesora internacional egresada de Casa XI con más de 30 años de experiencia.

¿Cómo describirías esta disciplina, su enfoque y tu mirada de la misma?

La astrología es un lenguaje simbólico a través del cual se percibe la trama vincular que constituye a una persona.

Básicamente es una percepción que nos abre a captar la realidad de una forma más compleja que la habitual en donde vemos asociaciones, vinculaciones, dentro de lo invisible.

Existe un hecho vibracional digamos, que es que el universo del que formamos parte y los procesos internos y existenciales del ser humano están estructuralmente acoplados. Sin embargo, para la conciencia humana habitual lo externo es completamente independiente de nosotros. Los astrólogos nos entrenamos en una particular percepción (simbólica), a través de la cual se revela que lo que está ocurriendo en el “exterior” (los movimientos del cielo, las experiencias, las personas con las que nos relacionamos), se corresponde con lo que está ocurriendo en el “interior”.

Al igual que un músico “lee” una melodía a través a las notas musicales en el pentragrama, los astrólogos, a través de los símbolos zodiacales (signos, planetas, casas, aspectos), percibimos la energía de la cual está constituida la persona, su singular trama vincular.

Este sistema energético tiene una serie de potencialidades y su despliegue dependerá de cómo se haya identificado la persona con su propia energía. Aquello con lo que no se identifica indefectiblemente le vendrá por destino. Y cuando digo destino me refiero a aquellas experiencias, vínculos, que una y otra vez aparecerán como un patrón en la vida de la persona hasta que tome conciencia de que “eso que le pasa” es parte de sí misma y la constituye.

En esencia, todo lo que nos sucede es lo que somos.

¿Qué significa la carta natal y de qué manera nos es útil conocerla?

La carta, o código natal, es un mapa que representa la forma que tenía el cielo cuando un individuo nació. Lo que está simbolizado en una carta natal es el entramado energético básico y vincular de un individuo. Se representa a través de un mandala que contiene signos (cualidades energéticas), planetas (funciones psíquicas), casas (áreas o escenarios de experiencia) y aspectos (la forma en que se vinculan las distintas funciones planetarias).

A mi modo de ver la carta natal es, fundamentalmente, una poderosa herramienta de autoconocimiento. En tanto que podemos comprender nuestra propia naturaleza podemos registrar, percibir, patrones que se nos reiteran y tomar conciencia que eso que atraemos tiene que ver con nosotros. Con la mirada astrológica, uno puede ver la naturaleza de las atracciones (las que nos gustan y las que no) y nos ayuda a comprender el significado de los vínculos en los que participamos, por ej. relaciones de poder, de pareja, familiares, etc.

Hay un aprendizaje evolutivo inherente a cada escena o relación y la vida va trayendo las experiencias necesarias para poder desplegarla. Los vínculos son el puente para ello.

Entonces, comprender lo que me trae el otro como parte de mí mismo, es la clave para integrar de una manera sana todo aquello que la vida me propone. Como astróloga, acompañar a la persona a que ella misma haga ese movimiento de conciencia, es el trabajo. 

Acompañarla a significar sus conflictos (vínculos o lo que le sucede internamente) de una manera más rica, a descubrirse en su singularidad y potencialidades y que encuentre el espacio para relacionarse y estructurarse en la vida de una forma que sea congruente con lo que va descubriendo de sí misma.

¿Cómo son los tránsitos de los planetas y cómo afectan nuestros ciclos vitales?

Los tránsitos son los movimientos cíclicos que los planetas realizan en sus órbitas alrededor del zodíaco. Así, la Luna 28 días, Saturno 29 años, etc. Cada tránsito planetario, a medida que va “pasando” sobre las distintas zonas del zodíaco va “tocando”, resonando, en una parte específica (zona y/o planeta) de nuestra carta natal. Como si superpusiéramos una carta natal levantada hoy, sobre la nuestra. Por ejemplo, hoy tenemos un eclipse lunar (sol, tierra y luna alineados en el mismo plano) en el grado 16 del signo Tauro; pues bien, esa zona, en nuestra carta natal y, eventualmente, los planetas que allí tenemos, será “estimulada” en correspondencia a la energía del eclipse.

Desterremos un mito: los movimientos planetarios y sus interacciones en el cielo no me “mandan rayos” de energía ni nada por el estilo, sino que son la manifestación externa específica de la energía que YA me constituye. Por supuesto que a cada quien, según su particular combinación energética (código natal) y, sobre todo, la conciencia que tenga de ella, le afectará de distinta manera. Pero no porque algo allá arriba le haga algo, sino porque es su propia vibración la que resuena con esos movimientos celestes.

Los tránsitos son los que dinamizan nuestra carta natal, los que “estimulan” su despliegue.  Imaginemos la carta natal como una semilla que contiene en sí, al igual que el código genético, todo el potencial para su despliegue. La combinación que somos siempre será la misma, pero esa singularidad se irá desplegando a medida que los tránsitos van ocurriendo. Así como el jazmín siempre será jazmín y la rosa siempre rosa, cada persona será siempre una combinación única y específica, pero cuántos pétalos desplegará dependerá de la conciencia que tengamos de todo lo que somos.

¿Para ti la astrología es más predicción o comprensión de hechos?

Otro mito, el más popular, a desterrar: la Astrología NO es adivinación, no es predictiva en el sentido de que nos “dice lo que nos va a pasar”.

Lo que sí nos dice la Astrología es que las cualidades energéticas que nos constituyen siempre “aparecerán” exteriorizadas en nuestra vida (experiencias, relaciones) de una manera particular. Por ejemplo, si soy Venus / Plutón, es decir, en mi carta estas funciones psíquicas están ligadas en aspecto tenso, cada vez que me enamore, que me abra a una relación, ésta será muy intensa, habrá juegos de poder, etc. Esto será inexorable. Esta es la única predicción posible. Ahora, yo podré lamentarme toda la vida de que “siempre tengo relaciones destructivas, tóxicas, siempre me engancho con tal tipo de persona, etc.” o bien comprender la naturaleza profunda de esa combinación y que es que estoy “destinada” (porque esa energía es mía) a transformarme a través de los vínculos amorosos.

Ese cambio de conciencia (lo que como astróloga estimulo) es lo que posibilita la alquimia en la persona. Seguirá siendo Venus/Plutón pero ya no sufrirá sus relaciones amorosas como algo externo que “le toca siempre” sino que irá transitando el proceso amoroso reconociéndose y dándose cuenta que es su propia intensidad la que se revela en el vínculo. A partir de ese cambio de conciencia, ese insight y reconocimiento de sí misma, podrá vivenciar sus relaciones amorosas de una manera mucho más creativa y transformadora. Una vez integrado este aspecto, la experiencia cambia. Se siente distinto.

A la Astrología se le critica la generalización en sus predicciones… eso de que a todos las personas del mismo signo les va a suceder lo mismo. ¿Cómo explicás esto?

Uno no es solamente el signo solar (lo que habitualmente escuchamos como “yo soy de Aries” etc.). La función psíquica organizadora de la identidad (el Sol) es tan solo una de todas las que nos constituyen. A su vez, esa función se relaciona con las otras (por ej. con la función representada por Marte que es inicio, arranque, deseo) de una manera particular, y así con todas. Esas funciones a su vez tienen en cada uno de nosotros una cualidad específica (como si fuera un color), etc. La complejidad del todo lo que somos es enorme y única. Lo que nos va a suceder será concordante con todo eso que somos y, como decía antes, será vivido (sentido) por cada persona según sea consciente o no.

¿Hoy se habla mucho de “energía”; ¿hablar de astrología es hablar de energías en movimiento?

El universo es vibración. Y esto es una realidad, una verdad científica. Esa vibración podrá condensarse en formas más sutiles (pensamientos por ej.) o más densas (materia, objetos) pero siempre es vibración. Y por ende movimiento.

Estamos acostumbrados a entender el movimiento como algo que “yo acciono, provoco, o puedo dejar de”. Pero esto no es así. La vida es movimiento permanente, es una continua danza de protones, electrones, etc.

Lo que nos permite la Astrología es observar los movimientos del cielo y percibir su correspondencia con los movimientos de la Tierra (nuestros procesos psíquicos y existenciales).

Muchas personas en la pandemia, comenzaron a practicar técnicas de relajación, meditación, terapias corporales; ¿Hubo un cambio de conciencia?

Digamos que toda experiencia fuerte, dolorosa, tiene el potencial de cambiarnos en el sentido de ampliar nuestra conciencia. La pandemia fue una de ellas y su particularidad fue que operó a nivel mundial. Y por eso nos habituamos a escuchar a muchas personas referirse a un “antes y después” de la pandemia.

A nivel de humanidad, te diría que aún estamos lejos de hablar de cambio de conciencia. Pero a nivel individual, que es en el ámbito en el que podemos operar, sin duda que muchos habrán “aprovechado” la dura experiencia y otros que no. Creo que lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos y por el planeta (me refiero a todos los reinos: humano, animal, vegetal y mineral) es “cuidar nuestro propio jardín”.

En la medida que aprendamos a ser más responsables con nosotros mismos, a cuidar nuestro propio templo, estaremos contribuyendo en la humanidad toda. 

Actualmente estas ejerciendo como astróloga? Se te puede consultar?

Sí, atiendo consultantes. La dinámica y duración dependerá de cada caso en particular pero básicamente se trata de un primer encuentro presencial de conversación y después una, dos o más instancias que podrán ser por zoom o incluso trabajar con alguna otra dinámica que considere adecuada para esa persona. A veces en una primera conversación la persona hace su insight y eso opera indefectiblemente, sin más. Yo trabajo considerando que la entrevista astrolólogica es un hecho de destino, tanto para el consultante como para mí misma. Es decir, la consulta no escapa a la perfecta sincronicidad que mueve al universo ni yo soy una sabihonda que doy recetas o consejos. Esto de nada le serviría. La persona que llega trae la información perfecta y necesaria para que yo, desde mi propia apertura y sensibilidad entrenada, generando un campo de intercambio libre de juicios y amoroso, vaya acompañándola en el proceso de sanación.

Contacto: Magda Moldes 094 60 65 60