Joyas con historias

Por Camila Galfione

El Kintsugi es el arte japonés de las cosas rotas, en el que los artesanos reparan piezas de cerámica con barniz y polvo de oro, dándole un nuevo valor al objeto.

“El Kintsugi de la joyería” es la mejor manera para definir el trabajo de María Lasarga que, al igual que sus clientas, no da por perdidas las cosas y recibe piezas de porcelana rotas para transformarlas en joyas.

“Nada se crea ni se destruye, todo se transforma” es el lema de la diseñadora industrial Lasarga que, este año es su séptimo como joyera. María trabaja seis materiales que definen sus líneas: la porcelana, las perlas, el fieltro de lana, el caucho, el ágata y junto a Magdalena Días, el cristal fundido. Si bien todas sus colecciones mantienen su impronta como artista, la de porcelana, bautizada “La hora del té”, es sin duda la que la caracteriza.

Después de recibirse en el Centro de Diseño, María viajó a Vicenza a realizar una beca en joyería, algo que siempre le apasionó. De vuelta en Uruguay, fue al tiempo de comenzar a realizar sus alhajas, que una amiga le llevó una pieza de porcelana rota para que la convierta en algo más, dándole comienzo a esta línea con valor sentimental para sus clientas.

Indiscutiblemente, el trabajo de los creativos es siempre un fruto de su pasado, que se proyecta renovado hacia el futuro. La diseñadora cuenta que creció observando a sus coquetas tías, que todos los días sorprendían con accesorios diferentes y apreciando las mesas que ponía su abuela para la hora del té con porcelana de Limoges. También asegura que siempre se sintió muy atraída por lo antiguo y por los objetos que tienen algo que contar.

“Hay platos que no se adaptan a la vida de hoy, porque no se pueden lavar en el lavavajillas ni meter al microondas, y menos que menos, usar todos los días. Muchos vienen a mi, a sacar del armario ese plato de la abuela, para poder apreciarlo todos los días, de otra manera. También me traen vajilla rota, dado que perdió su funcionalidad y quieren darle un nuevo valor.” Nos cuenta Lasarga.

María extrae pequeños círculos de la porcelana y los convierte en anillos, pulseras, aros o colgantes, combinándolos con plata 925 para formar las piezas.

Lo interesante de esta línea que trabaja es que, al tener siempre distinta vajilla, cada una de sus joyas es 100% única.

Si bien lo que hace esta creativa hace años, trasciende las tendencias, este invierno, la porcelana en joyería es furor a nivel internacional, pero María Lasarga es la única que lo hace aquí en Uruguay (y no por ser una tendencia).

La firma crece constantemente y su objetivo actualmente es expandirse por Latinoamérica apuntando a un público de consumo consciente.

En el mundo en el que vivimos hoy, es difícil encontrar firmas que hagan piezas personalizadas, que cuenten parte de nuestra historia y que le den un nuevo valor a algo que tal vez, considerábamos perdido. María Lasarga es una destacada firma por ofrecer mucho más que sólo diseño.

Junio, 2017.