Entrevista con el artista uruguayo que hoy se dedica por completo al arte: “Esta muestra es la reafirmación de mi relación con el arte. Es lo que soy hoy como pintor y como persona.”

El artista Marcelo Millán presentó – MILLAN 1970 –, la exposición de sus últimas pinturas, en el nuevo taller de su amigo y colega Gustavo Genta, en Ciudad Vieja.

Marcelo es diseñador industrial, realizador audiovisual y artista plástico. Ha trabajado como realizador integral, postproductor, Director de Arte y dirigido cortometrajes y largometrajes documentales y de ficción. Fue director de arte en TNU durante 16 años.

Hoy está dedicado full time a la pintura.

¿Esta muestra fue la demostración de tu cambio de relación con el arte? 

Esta muestra es la reafirmación de mi relación con el arte. Es lo que soy hoy como pintor y como persona.

Un vasto caos multicapa que finalmente encuentra su orden y su paz.

¿Qué significado tiene el nombre de la muestra (Millán 1970) y la tipografía que elegiste?

La tipografía y la forma son una copia del cartel de la ciudad de Pripyat. Fundada en 1970, año en que yo nací, era el hogar de los operarios de la central nuclear de Chernobyl. Con lo allí acontecido tengo una extraña fascinación.

De hecho un díptico lleva su nombre.

Luego de la explosión toda la zona abandonada por seres humanos se volvió un edén de vida silvestre. Como una dura paradoja exultante, sólo espero que no sea el único camino de regeneración que todos debiéramos experimentar.

Coincidencias, gustos y cosas que decantan y por obra del pensamiento encajan conceptualmente y se vuelven un logo en una muestra de un maravilloso taller de la calle Colón de nuestra ciudad.

Las pinturas están acompañadas por textos ingeniosos y complejos, ¿Cuáles son esos temas que te preocupan y que tienen que ver con tus cuadros? 

Los temas son todos los inherentes a la condición humana.

Todos.

Y mi obra literaria dialoga a diario con la pictórica. Y la nombra.

Si escribo algo mejor de lo que pinto, corrijo la pintura. Y al revés hago de idéntica manera.

¿Cómo y cuándo empezaste a relacionarte con el campo del arte?

Desde que viajé a Europa por primera vez en el verano del 88. Salí de un Uruguay oscuro y me encontré de golpe con las infinitas posibilidades del arte y sus derivadas. A mi regreso ingresé al Centro de Diseño Industrial, luego a la escuela de Bellas Artes y después al mundo audiovisual.

Mientras tanto de forma omnipresente siempre alguna obra en proceso amueblaba mi lugar.

Pero eran hijas del resto del día y para ser un pintor de verdad, no se pueden hacer concesiones con el uso del tiempo.

La paleta de tus pinturas es más bien oscura, en tonos tierra, pero con acentos metalizados… ¿Esto siempre fue así o es algo reciente? ¿Qué influencias hay en tu paleta?

Es una paleta de colores terrosos combinados con metalizados, con dorados y con cálidos, flotando todos sobre una base muy texturizada.

Esta paleta llegó de la mano del trabajo de composición reciente. Representa un equilibrio metafórico entre lo vital y lo accesorio.

¿Cómo es tu taller?

Mi taller ha sido siempre un rincón de la casa, o un patio o un fondo.

Me gusta trabajar al aire libre y en el suelo. Sin embargo ahora estoy construyendo algo funcional y bonito para sumergirme y gozar.

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?

Todo lo que tenga relación con la realidad. Esta es infinitamente más rica que la ficción y la fantasía.

¿Qué expectativas tenés con respecto a esta etapa de tu vida como artista?

La de construir un discurso sólido y personal que se vuelva obra y que trafique trascendencia.

Aunque, como nombré a una de mis pinturas; nada es sólido.

Ya veremos.

OBRAS:

AMEBA

Los atuendos creativos de la moda. Dictadora universal subvencionada. Lavan la dermis de la plebe acomodada. Revitalif de L’Oréal en la cara. Las arrugas son sólo del que ríe. Luego está el sesgo pretendiente. Del que no sube porque no escala. Repetido en ralas impresiones. Concurrencia a los deberes. La emoción se revela cara a cara.

CASA DE ARENA

Quiero, (de hecho). Porque es un derecho. Cualquier cosa que quiera. Por qué no?. Por qué no un desecho? Cualquier bien valorado. Mañana devaluado. Igual que hoy. Algo estéril, pueril o entronizado. Algo por lo que trabajamos. Algo por lo que dejamos. Más de lo que nunca. Imaginamos ser.

AMARCORD

La ingenuidad es noble. Desde épocas pretéritas, una rara orientación tambaleante. Como el foco de la lente de hoy. La ingenuidad mira a las horas y se pregunta, provienen de un comercio justo?. Es necesario soportarnos observados y ubicados en los jurásicos tableros?. Donde juegan los recelos especulativos, Que causan guerras. Que promueven adquisiciones. Pero, mientras tanto, Todo es posible en el encierro del sueño. No por falta de deseo sino de contacto; La proverbial armonía insuficiente, Ralentiza la revolución del ego.

LIMA

Como Ícaros sin sol, los pájaros de Lima se lanzan a volar. Asumen que el vacío es una tela y lo rayan con su rumba tridimensional. Usan alas hi tec que pronto tendrán que cambiar. En cualquier caso, el hombre que aprende a volar, es especial.

ANÍMICO

La cabeza se rinde mil veces antes que el cuerpo. Acaricia a veces el Ecuador hasta que vuelven la metralla y la fraseología que controlan la materia. Los valientes duermen solos. Empujan la alta sombra. La miran a la cabeza y le disparan. Pero no se va.

SALTPEANUTS

La onda de radio penetra. Como una esquirla miserable. Que te afana el camino. Alterando tu cuerpo. Astillando tus células. Y las más sólidas paredes. Como esas que no seré. Porque soy frágil. Del color de la luz roja y verde de la luna. Que abre la pupila y que encierra. Las miradas suficientes. Gusto a clorofila tiene el combustible, La carretera es mi viejo pensamiento.

MEDIO HUMANO 

La paradoja de la mutación de lo estático. Cuando una cosa no es otra cosa que su anverso, Nunca lo que se presenta. El movimiento del relato trenza. Las frases del porvenir. Si se despliega el lenguaje de la vida. Si no se obtura la memoria. Medio humano enfocado templa la cien y cae la lluvia de lo nuevo sobre todo. La redención se busca y se negocia. El hilo de Ariadna salvó a Teseo. Pero el Minotauro apenas se defendió.

DIVIDIDOS 

Eran dos especies distintas que se miraban.

Con eso bastaba. Porque hablaban lenguas propias sin sentido conocido.