No estoy disponible ahora

Hay un placer en el cual suelo regocijarme ya con el solo hecho de anticipar el momento. Cada tanto me regalo un día de NO HACER NADA. Quedarme en casa abrazada a una manta,

tirada en el sillón leyendo una novela o mirando un capítulo de una serie en Netflix. A veces ni siquiera es la serie del momento y repito sin hartarme capítulos viejos de Friends, aunque ya me los sepa de memoria: “How You Doing”.  

Sin celular, sin whatsapp, sin contestar llamadas ni responder correos. Sin culpa alguna, en mi propia compañía.

Otras veces elijo un modo de vacaciones familiares donde el “me compartís wifi” y “puedo ver tele” no es posible. Invocamos adrede al aburrimiento, con lo que eso implica, porque sé que llegará ese momento glorioso que hará que todos nos pongamos en modo creativo y salgan esos juegos condenados al olvido, desterrados por la play y la tablet.

Armar un puzzle de 3000 piezas, hacer jardinería o cantar y tocar la guitarra, enseñarles un juego de cartas o cocinar una torta.

¡No tenía idea que mi placer secreto tenía un nombre y mucho menos que era una tendencia mundial!

Atrincherarse en la cueva de uno, es parte de una filosofía que abarca desde la decoración del hogar, hasta al mundo de la moda. Hasta hay literatura al respecto donde se encuentran detalles y tips para sacarle el jugo a esto de “hacer cucha”.

El termino es “Nesting” o ” Anidar” en español. Algo parecido es el concepto derivado del “mindfullness”, definido como “Housewarming” para aquellos que necesitan aprender a vivir el momento y no dejarse llevar por la ansiedad de “tener que salir” o cumplir con una horda de compromisos sociales, por miedo a quedar por fuera o perderse un evento.

El Nesting define al “arte de quedarse en casa” y vuelve a poner en boga la importancia de re descubrir el disfrute de vivir nuestro hogar. En definitiva, volver a tomarnos ese tiempo de introspección. Aseguran, los que saben, que baja la ansiedad, libera el estrés y nos hace más empáticos.

Para invitarlos a mi mundo privado de “exclusión electiva” les comparto mi lista de “cosas para hacer cuando no quiero hacer nada”:

-Despertate con una sonrisa y con la mente y el corazón puestos en modo disfrutar.

-Ropa cómoda de algodón, que sea linda y arreglada. No da clavarse el polar y el jogging gris porque “antes muerta que sencilla”. ALWAYS. Existen marcas dedicadas a la moda sustentable y ecológica que desarrolla prendas para estar entre casa. Nunca sabemos quién nos puede tocar el timbre y no da reventar el misterio.

-Elegir un libro o una actividad que te de placer. No importa que la vayas a terminar o no, lo importante es que te genere paz.

-No planear. Dejate fluir y que el día te lleve.

-Compartir tu “exclusión electiva” está permitido, pero tienen que estar en la misma frecuencia.

-Viví el momento. Hace el ejercicio de estar aquí ahora.

Les dejo una playlist que encontre en verano y me acompaño todo enero:

French Chill de deejcathcart
https://open.spotify.com/playlist/2KAH9azEBrzswV3geHMOe6?si=YZyQz3eWQkultEbNnGPFyQ

Enjoy Nesting

Por Maria Gomensoro