Consejos para la limpieza del rostro.

Limpieza profunda

La importancia de mantener nuestro rostro limpio es algo que todas las mujeres estamos algo cansadas de oír y de lo que somos plenamente conscientes, pero que -no nos mintamos- no llevamos a la práctica rigurosamente. 

Al quedarnos en casa en cuarentena nos vemos obligadas a crear nuevas rutinas para sentirnos bien y nada mejor que dedicarle un rato a la limpieza diaria del rostro. Existen muchas mujeres que gastan fortunas en cremas y tratamientos, pero descuidan lo más importante: la limpieza de la cara y de la piel. Y si los poros están obstruidos, las cremas difícilmente puedan dar el resultado esperado.

En primer lugar, debemos diferenciar entre dos tipos de limpieza: la diaria y la profunda. La limpieza diaria es la que debemos realizar todos los días por la mañana y por la noche, y la profunda es la que recomendamos realizar con un profesional, cada dos meses -para la mayoría de las mujeres- o tan a menudo como lo recomiende tu cosmetóloga/dermatóloga de confianza, dependiendo de tu tipo de piel y condición.

Limpieza día a día

La limpieza facial que debemos realizar diariamente no consiste meramente en lavarnos la cara con agua, ya que ésta no barre impurezas ni el exceso de sebo en el cutis. Por eso, debemos profundizar un poco nuestra limpieza facial y recurrir a productos desarrollados especialmente para este fin. Otra aclaración importante: debemos higienizar nuestro rostro en la mañana y en la noche, independientemente de si nos maquillamos o no. Tenemos que barrer y limpiar las impurezas de la calle, ya que a lo largo del día se van depositando microorganismos y suciedades en el cutis.

Una correcta limpieza implica dos pasos: limpieza y tonificación. El primer paso es recomendable realizarlo con una leche limpiadora, gel o mousse. El producto que elijas depende del tipo de piel: para pieles normales o secas, lo recomendable es una crema o leche de limpieza; para pieles mixtas, combinadas o grasas, hay que utilizar un gel o mousse limpiador, indicado por su textura liviana y no grasa. Con este primer paso, buscamos limpiar en forma profunda sin resecar la piel. Con el segundo paso, que es la tonificación, el efecto que buscamos es afinar, tonificar y cerrar los poros. Una vez más, debemos elegir el tónico dependiendo de nuestro tipo de piel para que no nos quede la piel tirante o demasiado astringida. 

Algo más que importante y repetido hasta el cansancio por dermatólogos, cosmetólogos, madres y abuelas es que nunca jamás se vayan a dormir con maquillaje. Si sos de esas mujeres coquetas que se maquillan durante la cuarentena, irnos a dormir con maquillaje es una de las peores agresiones que podemos hacerle a nuestra piel. Las toallitas desmaquillantes. son una solución ideal para estas ocasiones, y existen varias marcas entre las que podemos elegir. Eso sí, reservémoslas sólo para esos días donde no podemos ni con nosotras; no son adecuadas para nuestra rutina diaria de limpieza.

Otro paso clave que no debemos olvidar en nuestra rutina de limpieza es la exfoliación: no hay nada más efectivo para mejorar el aspecto de la piel, lograr luminosidad y barrer con las células muertas. Éste debe ser uno de tus rituales de belleza básico, pero eso sí: no abuses porque podés lastimar o irritar la piel; una vez por semana está más que bien. Y para las que son muy perezosas y siempre lo posponen porque es muy complicado o se olvidan, pueden hacerlo mientras se duchan, ¡así que no hay excusas!

Limpieza profunda

Dado que en estos tiempos que corren y que no podemos asistir a la dermatóloga, también podemos realizar una limpieza más profunda en casa cada tanto.  Si bien no vamos a lograr el mismo efecto que con un profesional de la piel, vamos a conseguir una profundidad mayor que con la diaria. ¿Lo ideal? Realizarla después del baño, ya que nuestros poros estarán más abiertos. Primero, realicen una buena exfoliación; luego de retirar bien el granulado con una esponja y agua tibia, apliquen un serum con vitamina C (por los antioxidantes); a continuación, apliquen una máscara –de acuerdo a su tipo de piel- con masajes circulares directamente arriba del serum: esto hará que el serum se selle bien. Así, activarán la circulación y aportarán luminosidad a la piel. Finalmente, y luego de unos 15 minutos, retiren nuevamente con una esponja y agua tibia e hidraten la piel con su crema habitual.

Bonus track: si no te gustan los productos comerciales o no querés invertir demasiado en un tónico, probá con agua de rosas: lo comprás en cualquier farmacia y, además de ser baratísimo, es muy bueno para la piel.