La diseñadora argentina se inspiró en José Ignacio y trabaja con un taller de San Carlos en su línea de trajes de baño.
Por Camila Solito
![Luciana Martí](https://www.dressmix.com.uy/wp-content/uploads/2021/12/luciana-martí.jpg)
Luciana Martí
Luciana está sentada en su atelier dándole las últimas puntadas a un sobrero estilo victoriano para una clienta que pocos minutos después pasará a retirarlo, junto a un traje de baño con el que hace conjunto. Las creaciones de Martí son piezas únicas elaboradas casi como obras de arte y forman parte de su línea Chula, una marca que nació al principio de la pandemia pero que ya tuvo pop ups en Los Ángeles, Miami, Los Hampton, Buenos Aires y José Ignacio, donde todo empezó.
A Luciana le sobran credenciales. Es una vestuarista premiada, sus producciones de moda en revistas prestigiosas de argentina dejaron huella y además estudió en Saint Martin, Londres, donde también trabajó como estilista. Y si bien esto es lo más conocido de su trayectoria, su primera manifestación de interés por la moda data de muy chiquita. “Siempre me gustaron los trapos”, dice con gracia y recuerda que tuvo su primera máquina de coser a los 15 años. “Era fanática de Vía Vai y no me podían comprar todo lo que me gustaba, así que yo me lo hacía”, dice esta diseñadora argentina.
Para atar los cabos de algún vínculo genético con la moda hay que remontarse a su abuela. “Mi mamá siempre cuenta que le hacía los vestidos con la bombachita haciendo juego”. Algo de eso consciente o inconscientemente podría haber sido el germen de Chula.
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¿Cómo nace Chula?
Cuando empezó la pandemia nos refugiamos en nuestra casa en José Ignacio y empecé a buscar algo que me motivara. Me acuerdo que empecé a comprar online unos bonetes victorianos y tardaban en llegar, compré uno de algodón que me gustó, pero era chico y después encontré otro de organza, entonces fui empezando a dibujar un molde que fuera más “ponible”, aunque nada de lo que hago es muy comercial, pero le busqué la vuelta para que me gustara.
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¿Y entonces?, ¿cómo lo materializaste?
Encontré una costurera en San Carlos que es un ángel, ella cose increíble y ya, a esta altura, me lee los pensamientos. Compré unos algodones espectaculares ahí mismo, me encantó el resultado y decidí sumar bombachitas.
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¿Cómo transformaste eso tan personal en un emprendimiento?
Armé un pop up, invitada por una amiga diseñadora, Paula Martini, en José Ignacio. Pedí cabezas a todo el pueblo. Me acuerdo que me prestaron esculturas de artistas y otros maniquíes viejos, con eso logré diversidad de cabezas, también hicimos un tender con las bombachitas y me fue bárbaro. Luego se hizo una feria de artistas mujeres en Garzón y ese día vendí todo lo que llevé.
Chula tiene la combinación perfecta para encandilar a cualquiera que se tope con alguna prenda de la colección que hoy ya suma bikinis, enterizas y enteritos. Las estampas que Luciana trae de Los Ángeles, un lugar en donde pasa mucho tiempo, y los algodones de alta calidad, que van desde liberties hasta rayados y se transforman en una moldería que oscila entre una especie de Sarah Kay y una mujer que busca verse sensual por fuera de los cánones establecidos para esa categoría.
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¿Para quién diseñas?