#NOVIASWeek / Presenta: DeArcos

Por Dolores de Arteaga

Nueve novias. Diseñadores que se repiten. Un denominador común: la magia del diseño de los grandes de la moda volcada a uno de los días más importantes en la vida de una persona.

¿Quién no soñó, aunque sea de niña, con llevar un vestido de novia?

Pasando revista a los “vestidos” más emblemáticos de la historia de la moda, seleccionamos algunos que nos dejaron sin aliento. Esos que una vez vistos, nos quedaron en la retina del ojo para siempre. Más, si nos consideramos amantes de la moda.

Desde Yves Saint-Laurent, Givenchy y Valentino, hasta diseñadores que, aunque fueron a la par de glamorosos, sus nombres no siguieron resonando tanto (cosas de la vida).

Inspiración. Lirismo neto. Acá te damos en bandeja los diferentes vestidos de novia que pasaron a la historia.

Wallis Simpson. 1937

Quizás no la conozcas. No solo su vestido vale la pena conocer, sino su historia de amor. Wallis era una mujer estadounidense, divorciada, que la sociedad encorsetada de aquella época no aprobaba. El rey Eduardo VII del Reino Unido se enamoró de ella a tal punto, que abdicó para casarse. Y finalmente lo hicieron un 3 de junio de 1937.

Si bien no circulan fotos a color, parece que el vestido de novia de Wallis era color azul cielo, al que Mainbocher, la firma que lo diseñó, llamó “azul Wallis”, haciendo honor al color de sus ojos.

Una delicadeza de vestido que al día de hoy continúa inspirando a muchas famosas y no tanto.

Rita Hayworth. 1949

La “bomba sexy” o “Diosa del amor”, como la llamaban en su época a esta actriz, tuvo una de las vidas más duras de Hollywood. Vivió su niñez rodeada de prostitutas, donde comenzó a hacerse un nombre artístico como bailarina. Luego, a sus 19 años, se fugó de aquél infierno con el que sería su primer marido.

El vestido de novia que elegimos, es del tercero de los cinco matrimonios que vivió. Para esta celebración con el príncipe Alí Khan, llevó un modelo espectacular del diseñador francés Jacques Fath. Era un chemise con falda plisada color lavanda, acompañado por un gran sombrero con tul. Un look que hoy sería tendencia total.

Grace Kelly. 1956

Historia de cuentos de hadas, si las hay, la de Grace Kelly y Rainiero de Mónaco. Ella, plebeya y afamada actriz. El, príncipe. Ella dejó todo para casarse con su “príncipe azul”.

La escogida para hacer ese vestido icónico, cuyas imágenes dieron vuelta el globo tantas veces, fue la diseñadora Helen Rose, con quien ya había trabajado en dos películas que hizo para el cine, Alta Sociedad y El Cisne. Claro que el vestido para la inminente princesa fue el más caro que la diseñadora hubo realizado hasta ese momento. Metros y metros de tul de seda (dicen que más de 100), y un poco más de 25 de tafeta fueron usados para su confección. Un torso de encaje de Bruselas de manga larga con incrustaciones de perlas, seguido por una cintura de avispa, bien de los cincuenta, terminaba con una falda de mucho volumen. Algo totalmente sublime, que nadie lo hubiese sabido llevar como esa mujer que nació siendo una “princesa”.

Audreu Hepburn. 1969

Su belleza clásica y su estilo tan marcado dejaron huellas. Su nombre real era Audreu Kathleen Ruston. De origen belga, como actriz formó parte de la inolvidable “época dorada” de Hollywood. Además de ser admirada por sus cualidades actorales y físicas, tenía muchas otras aristas destacables, entre ellas la de modelo, bailarina y activista.

En su vida personal, se casó dos veces. Seleccionamos el outfit que eligió para su segundo matrimonio, el que dejaba sus piernas a la vista. Estaba despampanante, con un vestido midi de manga larga, firmado por Givenchy, con un cinturón bien fino en la cintura que concluía con una pequeña moña en el mismo género. Sobre la cabeza, llevaba un pañuelo que hacía las veces de velo.

Bianca Jagger. 1977

Ella, nicaragüense, es admirable por donde se la mire. Con una personalidad tenaz y firme, así practicó y sigue practicando los derechos de las minorías, sobre todo, los de la mujer. Siendo joven, cuando estaba estudiando Ciencias Políticas en París, conoció a Mick Jagger. Juntos fueron una de las parejas más icónicas de los años setenta.

Se casaron y la celebración tuvo lugar en una iglesia católica de Saint Tropez. Hoy, casi treinta años después, su smoking nupcial  y su gran sombrero con velo fue copiado por muchas novias en el mundo entero. Esa obra de arte,creada por las manos de oro de Yves Saint-Laurent,consistía en un tailleur de líneas rectas en seda, compuesto por un blazer con un escote pronunciado y una falda midi. Un look con mucha onda para Bianca, como era de esperar.

Ines de la Fressange. 1990

Es EL ícono de la elegancia y la sencillez. Paradigma del “menos es más”. Con 62 años, tiene no solo estilo, sino tres libros en su haber escritos por su propia pluma. Además, fue la musa de Chanel por varios años.

En su matrimonio con el ejecutivo italiano Luigi d´Urso, su “vestido” de novia fue una creación del genial Yves Saint-Laurent. Ella, al igual que otras famosas, prefirió romper moldes, y escogió un tailleur de blazer y vestido, bicolor, en tonos pasteles, acompañado por guantes y sombrero con tul blanco, y un ramo de espigas enmoñado por varias cintas de seda. Una delicia de look.

Keira Knightley. 2013

Actriz archiconocida especialmente por sus papeles de época, en los que interpreta a mujeres delicadas y elegantes. Pero parece que en persona (siempre envuelta en Chanel), es irónica y dice siempre lo que piensa.

En 2013 contrajo matrimonio con el músico James Righton, en una sencilla celebración en la Provence con solo once invitados. Fiel a su estilo sin estridencias, para dar el “sí” recicló un vestido de 2008. Eligió un conjunto de Chanel firmado por Karl Lagerfeld. Era un vestido strapless color crema, con pollera estilo tutú, en tul, combinado con una chaqueta tweed en tonos claros. En los pies, una chatitas en color crema. Y para concluir la elección de Keira, nada mejor que sus palabras: “Yo no necesito tener el vestido perfecto, prefiero invertir el tiempo en disfrutar de mi compromiso.”

Marta Ortega. 2018

Ella es la hija de Amancio Ortega, el que creó el imperio Inditex (Zara; Massimo Dutti; entre otras marcas). Apasionada de la hípica y de bajo perfil, es un ícono de estilo para la empresa textil. Acude a eventos y actos públicos con prendas de Zara que todavía no salieron a la venta, y que  cuando salen a los percheros se agotan en segundos.

El año pasado contrajo matrimonio por segunda vez. Para esta especial ocasión, optó por un dos piezas rosa empolvado de Pierpaolo Piccoli para Valentino. Una parte de arriba de gasa, con mangas largas transparentes y cuerpo plisado, así como la falda. El lazo llegaba hasta el suelo. Acompañado por un tocado floral, con un simple y largo tul. Muchas veces, en la sencillez está la belleza, sin lugar a duda.

Charlotte Casiraghi. 2019

La primera hija mujer de Carolina de Mónaco tiene estilo propio. Es licenciada en filosofía y amante de la equitación, pasión que la llevó a ganar muchos premios importantes. Es un símbolo de belleza y moda.

Este año se casó por primera vez, con Dimitri Rassam, padre de su segundo hijo. Entre las celebraciones del casamiento civil y el religioso, usó tres looks distintos. Nos enamoraron los tres, con los cuales hizo un guiño a su abuela Grace Kelly y a su madre Carolina, pero elegimos solo uno de ellos para ilustrar la nota.

Para el banquete y la fiesta del civil optó por un estilismo de Chanel en un blanco marfil, strapless, de cuerpo entallado y falda con volumen. Un homenaje a su querida abuela en Atrapa a un ladrón, el clásico de Alfred Hitchcock. Y para completar el look, se recogió su melena en un falso corte bob ondulado, típico también de la legendaria actriz. Placer visual, como siempre, los outifits de Charlotte.

Y este post debería continuar, porque son muchas las novias que dejaron su huella en la historia de la moda universal…