Entrevista con Jeanine Nouvel

Corremos y no sabemos hacia dónde. Ni por qué lo hacemos. ¿Alguna vez nos cuestionamos de qué escapamos? Creo que detrás de todo eso hay un gran miedo.  Miedo a conectar con nosotros mismos.

Temática más que recurrente de la charla con Jeanine Nouel, té en mano y sentadas en el piso de parquet de una casona antigua de Punta Carretas. Ella es psicoterapeuta corporal, una de los tantos profesionales venezolanos que por suerte tenemos en nuestro país desde hace algunos años. Porque con ellos trajeron sus bríos caribeños, que tanta falta nos hacen por estos “lares” rioplatenses.

Jeanine es la directora de Ecohum, donde junto a su marido uruguayo, Alvaro, también psicoterapeura corporal, trabajan sobre la ecología de los sistemas humanos. “Hablamos de generar entornos ecológicos que puedan sostenerse emocionalmente, psíquicamente, para que lo que crezca ahí lo haga de una manera óptima, entre todos los elementos del ecosistema”, comenta Jeanine.

Y agrega: “¿Cómo es posible olvidar qué es lo más importante, olvidar lo que nos conecta con la vida? Se puede vivir el aquí y el ahora desde un lugar más sano, más vital, habilitando espacios de disfrute, contagiando endorfinas.”

Dress: Suena interesante lo que planteás. Contanos cómo trabajás.

Jeanine Nouel: Ecohum en cierta forma integra dos líneas, el acompañamiento en el área de la prevención y también lo que sería la parte clínica, el trabajo de psicoterapia corporal. La prevención es para ayudar en un desarrollo madurativo del ser humano, desde la gestación hasta la adolescencia. Aunque sería ideal desde antes de ser padres. La psicoterapia corporal es para cualquier persona que tenga la necesidad de explorar sobre sí misma a través de una experiencia desde el cuerpo, no tanto desde lo cognitivo. Cuando hablamos del cuerpo, nos referimos a la totalidad de la persona. Es una visión holística, integradora del ser. La memoria está en el cuerpo, y la conformación de la percepción que tenemos del mundo está dada por aspectos muy inconscientes que nos configuran desde las tensiones neuromusculares hasta la alteración del sistema nervioso.

D: Uno entra a tu consultorio y la camilla es casi protagonista. ¿Cómo se divide la sesión entre lo corporal y lo oral?

JN: Depende. Puede pasar que una sesión sea solo hablar, porque hay una necesidad de elaborar cosas, pero puede haber otra sesión que sea solo trabajar el cuerpo y no se habla. Puede ser que combinemos, primero el cuerpo y luego hablar. Primero vemos en conjunto con el paciente cómo llega, segundo cuál es el foco.

D: ¿Cómo es la terapia corporal?

JN: Trabajo con masajes musculares profundos, que es una técnica de sensibilización del cuerpo, de ampliar la capacidad torácica, de liberar diafragma. Es una técnica donde trabajo la fascia profunda, que tiene un ritmo, que tiene una forma.

Es como si fuera un proceso homeopático, algo muy sutil que se va a ir moviendo porque estamos hablando de aspectos que tienen que ver con el sistema nervioso, con todo lo somático, no solamente con la cabeza.

D: ¿Cualquier problemática se puede abordar desde lo corporal?

JN: Totalmente, claro. Porque cuando hablamos de lo corporal, estamos hablando de lo emocional, de lo cognitivo, de lo somático, de un montón de aspectos que integran a esa persona. Y creo que la mayoría de las dificultades que tenemos, es que no podemos conectar con nosotros mismos. Hay como una separación entre lo que pienso, lo que siento y lo que hago. Ahí es donde se genera una lucha interna. Y la idea es habilitar, recobrar la capacidad de la sabiduría interna, que no podemos hacerlo si estamos muy desconectados.

D: Una persona viene muy desconectada. ¿Qué es lo primero que hacés con ese paciente?

JN: Primero hay que ver cómo está el patrón respiratorio, ya que es fundamental que la persona tenga una respiración buena, amplia. Eso va a determinar cómo maneja ciertas situaciones de estrés, qué tendencia aparece en esa persona ante una situación difícil, por ejemplo si inhibe la respiración, si contrae algunos músculos, si  le vienen pensamientos recurrentes, si contrae mandíbulas. Y así se empieza a generar una cadena, pero la idea es ir configurando ese proceso a la inversa. Ir ayudando a la persona a quitarse capas de todo lo inconsciente que se va activando en su cuerpo, de esos mecanismos defensivos que llamamos coraza y que no podemos controlar.

D: ¿Y cómo se logra?

JN: Ahí está el punto. Uno tiene que ir al registro de la conciencia desde lo somático, desde el sentir, que es lo que perdemos. Predominantemente somos necorticales, pero no somos solo eso; también tenemos un cerebro de las emociones, que es el límbico, y tenemos un cerebro básico, que es el reptil, el del instinto. Y este último como que está olvidado (risas).

D: ¿No es el más “peligroso”? (risas)

JN: Lo que tú acabas de decir es clave también para el trabajo de la prevención, porque el “animal” ancestral que sale a veces es justamente porque no está integrado el cerebro del instinto. No hay una integración de la emoción, de la razón y de la acción.

D: Le das mucha importancia a la prevención.

JN: Porque lo lindo de la prevención es habilitar la potencialidad del ser humano y su capacidad de autorregularse, o sea la salud. Para nosotros la salud es que la persona sea feliz. Cuando tú accedes a tu química de la expansión, del impulso vital, eso configura la salud del ser humano

D: Para vos, ¿qué es la felicidad?

JN: Yo creo que tiene que ver con la conexión de la propia capacidad vital, y esta te puede ayudar tanto para entusiasmarte, para crear algo, como para hacer contacto con una tristeza muy profunda y vivirla. También para conectarte con una rabia, o dar un fuerte abrazo siendo muy genuino.

D: ¿Cuándo falta la capacidad vital?

JN: Por una desconexión, por una depresión o porque hay mucha ansiedad.

D: Cuesta cada vez más conectarse…

JN: ¿Y sabés por qué, no? Y porque el mundo va muy rápido…

D: La finalidad de un acompañamiento terapéutico para Jeanine.

JN: Es poder comprender que hay un otro que te puede ayudar a transitar ciertas cosas. Es como crecer. Y que luego vos vas a ayudar a otro a prender su lucecita, y que se da como un efecto multiplicador, porque tú ya pudiste transitar tu proceso.

D: ¿Qué es lo que más valorás de tu trabajo?

JN: Yo creo que el poder generar esa capacidad de compasión en el sentido de respeto por el proceso del otro. Por todo lo que esa persona ha tenido que pasar y hacer, tanto esfuerzo para sobreponerse ante tantas cosas. Verla te hace decir “Wow”.

D: Una reflexión final.

JN: A veces no sabemos que podemos estar mejor.

Contacto:

Jeanine Nouel

Mail [email protected]

www.ecohum.com

Por Dolores de Arteaga