Gucci FW 18/19

“Somos el Dr. Frankestein de nuestras vidas”

“¿Por qué nos vestimos?” es una pregunta de siempre. Los antiguos griegos y chinos decían que el hombre vestía por razones climáticas, los etnólogos y psicólogos antiguos, al igual que la biblia, establecían que el hombre vestía por pudor mental. Contrariamente, los modernos explicaban que vestía por el deseo de seducir y atraer. Todas estas razones son, en mayor o menor medida certeras, si bien hoy también se habla de otras cosas…

Es interesante como aquello que motiva al hombre a vestirse varía a lo largo de la historia. Squicciarino en “El vestido habla” describe la función mágica y, al igual que el psicoanalista Wundt, establecen que el hombre viste por la imposibilidad de protegerse. La primera habla de la “función mágica” y la ejemplifica mencionando aquellos amuletos mágicos que las personas usan para protegerse de males, o cómo en la prehistoria el hombre usaba sus pieles para demostrar que su fuerza era suficiente como para matar a un feroz animal.

Aproximándonos a la actualidad, el psicólogo Flügel habla del deseo de atraer y seducir, mientras la historiadora Huizinga habla de la “función lúdica”, de divertirnos a la hora de vestirnos.

Podemos decir que el cambio más importante se dio entre la primer y la segunda revolución industrial, cuando surge el sistema de moda que conocemos hoy. La burguesía comenzaba a querer mostrar su poder y su clase social a través de la vestimenta, y sentía que, cuanto más se asemejaba en vestimenta a la aristocracia, más se mimetizaba en poder, ganando así participación política. En este momento la moda cambia radicalmente.

La humanidad pasó por momentos en los que las personas se diferenciaban por edad y género como en la prehistoria, hasta por momentos en los que buscó diferenciarse física y artificialmente, para mostrar clase y poder. Sin embargo, podemos decir que hoy estamos viviendo un radical cambio motivacional.

Hoy las personas quieren diferenciarse por quienes son, deciden, en todo sentido, quienes quieren ser. Es importante mencionar que la individualización de muchos tiene que ver con la identificación con otros, dado que la moda se basa en copiar el estilo de aquellos que uno admira.

El “genio loco” y director creativo de Gucci Alessandro Michele, establece que hoy “somos el Dr.Frankestein de nuestras vidas”. Cuenta que en la actualidad, el estímulo a la hora de vestirnos es crear nuestra propia y única identidad. Explica que lo hacemos, no sólo a través de la indumentaria, sino a través de la tecnología y de los filtros en las redes sociales. Cuenta que en su última propuesta “Otoño 2018 – Ready to Wear, representó en pasarelael laboratorio que visualiza en su cabeza cuando reflexiona en este tema…

Michele ve como algo positivo el hecho de que hoy decidimos quienes queremos ser. Explica que la motivación del hombre está en crear un ser único y personal. En su propuesta muestra este laboratorio del “ser” con una infinita gama de posibilidades. Hay hombres con un tercer ojo, con dragones o serpientes en sus manos y llevando bajo el brazo una réplica de sus propias cabezas. La propuesta es una metáfora llevada al extremo de este mundo en el que tenemos todas las posibilidades para elegir quiénes somos.

El eclecticismo es uno de los conceptos más certeros para definir a Gucci. En el show no sólo se visualizó un choque de símbolos culturales, sino una mezcla de épocas. Predominaron los años 80 para darle el infaltable toque vintage a la colección y surgieron logos como el de Paramount o el de los New York Yankees para completar el remix simbológico del escalofriante y, a la vez brillante, laboratorio de Michele. 

Créditos fotográficos: www.vogue.com

Por Camila Galfione

 

Marzo, 2018.