Una colaboración que marca tendencia.

Hace pocos días, en la Galería Diana Saravia, Rotunda presentó una colección cápsula en colaboración con el Taller Kintsugi. Fue un encuentro lleno de alegría y reconocimiento hacia la belleza de las piezas presentadas.

El taller Kintsugi existe hace varios años, dirigido por el artista plástico Rogelio Osorio. Está integrado exclusivamente por personas ciegas o con mínima visión. Este grupo ha producido un conjunto muy destacado de pinturas, pero por primera vez se abre al estampado para incursionar en el mundo de la vestimenta. Está en sintonía con una fuerte tendencia hacia las colaboraciones: Rotunda incorpora su equipo de diseñadores, y el grupo de artistas trabaja con ellos para lograr una síntesis de arte y moda. El resultado es una serie de estampas originales en camisas, túnicas y pañuelos.

¿Qué significa Kintsugi? Es una técnica artesanal que surge en Japón: con la idea de reparar un cuenco de cerámica roto se trabaja con un espolvoreado de oro. De esta manera la cerámica recupera su forma original, si bien las cicatrices doradas son visibles y transforman la esencia del objeto: al apropiarse de una supuesta “imperfección” la incorporan y la transforman en belleza. Y, en lugar de disimular las líneas de rotura, las piezas tratadas con este método exhiben las heridas de su pasado, con lo que adquieren una nueva vida. Por eso esta técnica se ha convertido en una potente metáfora de la importancia de la resistencia y la autoestima frente a las adversidades. Insights -el nombre de la colección- alude a la mirada que viene del interior: en un mundo tan visual como la moda, se puede crear obras hermosas desde un lugar no vidente.

¿Por qué decimos que esta metáfora es tendencia? Porque cada vez más la sociedad se abre a lo diferente, a la aceptación de cada uno tal como es, y esta corriente es liberadora. En esencia, cuestiona los viejos modelos que no podían apartarse de una supuesta “perfección”: hoy “ser como cada uno es”, con las marcas que deja la vida, es un valor entre los millennials y un modelo distendido de ver el mundo: ya no hay una sola forma de perfección. Por eso es tan actual y desafiante. El equipo de Rotunda, que mostró desde el primer día su interés, tiene claro que está marcando vanguardia.

Y el público -que es finalmente el juez en términos de aceptación- confirma la decisión: la colección se está agotando en los locales.

Por Verónica Massonnier