Ideal en primavera

Broncearse a la sombra. Por paradójico que suene, los riesgos de una exposición prolongada al sol impuso la necesidad de encontrar soluciones alternativas que eviten males mayores. Lo estético es importante, pero la salud es fundamental; por eso, los autobronceantes siguen consolidándose como una buena alternativa para mantenernos tan lindas como sanas.

Lo que empezó siendo una excentricidad de pocas, hoy es lo normal para muchas. Es que son muchos años de evolución en fórmulas y presentaciones que han derribado prejuicios y sumado adeptos. Y si bien su aplicación aún requiere de ciertos cuidados, siguiendo estas reglas básicas -y con algo de práctica- vas a incorporarlo a tu rutina naturalmente:

1. Elegí el indicado: más allá de las presentaciones –mousse, gel, spray-, lo más importante es elegir un autobronceante en función de tu tono de piel, y no pensando en la tonalidad final que querés conseguir.

2. Exfoliate antes de aplicártelo: el autobronceante se empasta en la piel seca y muerta, por lo que es fundamental realizarse un profundo exfoliado en todo el cuerpo previo a su aplicación. ¿Y en la cara? Utilizá un limpiador con ácido salicílico y un buen cepillo, lo que facilitará su absorción.

3. Prepará tu piel: es necesario aportar un poco de hidratación a la piel antes de aplicártelo. Lo ideal es utilizar una loción liviana, prestando atención a los lugares más secos y porosos (rodillas, codos y tobillos) que son los que tienden a acumular más producto.

4. Dejálo para el final de tu rutina de belleza: para una mayor eficacia, hacé todo lo que tengas que hacerte -manos, pies, peluquería, depilación, en fin, lo que sea- antes de aplicártelo. Y si lo dejás para después de la ducha, secáte bien y esperá unos 10 minutos antes de empezar.

5. Comenzá por abajo: para lograr un efecto de bronceado natural, es importante aplicar la cantidad justa con movimientos circulares y continuos desde los tobillos hacia arriba, hasta llegar a los hombros. Dejá brazos y manos para el final, y lávetelas inmediatamente después de haber terminado. En la cara, lo ideal es aplicar pequeñas cantidades en los lugares donde el sol broncea naturalmente; con el excedente, retocá el resto de la cara, asegurándote de llegar a la línea del pelo y las orejas.

6. Tomáte el tiempo suficiente: después de aplicarlo, esperá lo que sugieren en las instrucciones – o incluso más- antes de vestirte. Si quedaron manchones o áreas desparejas -puede ocurrir-, frotáte medio limón en la zona y dale golpecitos con una toalla húmeda para remover el exceso o esparcirlo uniformemente, según el caso.

7. Tené paciencia: para alcanzar los máximos resultados, es fundamental no ducharse en las primeras 8 horas posteriores a su aplicación. Y para prolongar sus efectos, hidratáte continuamente y aseguráte de utilizar un jabón que no sea agresivo y que no contenga retinol, ya que lo disuelven.

Si todavía no lo probaste, esta época es el mejor momento para intentarlo. Y si sos de las que ya eligió esta solución hace tiempo, seguí así: ¡tu piel y tu salud te lo van a agradecer!

Noviembre, 2016.