Una colección que ofrece tributo al Tweed.

“Dedicar toda la colección al tweed es un tributo”, dice Virginie Viard. “Seguimos los pasos de Gabrielle Chanel a lo largo del río Tweed, para imaginar tweeds en los colores de este paisaje. Como el de un abrigo largo rosa jaspeado de azul y morado, o un traje burdeos con un delicado brillo dorado. Esto es lo que hacía Gabrielle Chanel en sus paseos por el campo escoces: juntaba helechos y ramos de flores para inspirar a los artesanos locales”.

Luego está su historia con el duque de Westminster, sus chaquetas que ella misma hizo. “No hay nada más sexy que usar la ropa de la persona que amas”, continúa Virginie Viard. 

El desfile se realizó en el Grand Palais Éphémère completamente envuelto en tweed. El escenario con la marca fuertemente destacada en varios colores es algo inédito y alude al clásico sello de CHANEL. 

La colección es muy canchera, se muestra cómoda y utilitaria. Hay chaquetas en colores psicodélicos, otras sutilmente masculinas o ligeramente oversized, pantalones en panna negro terciopelo, faldas ceñidas con calcetines largos y zapatos de tacón puntiagudo con mini tacón de aguja en charol o lana bouclette, así como botas hasta el muslo en caucho negro o beige. 

“También estaba pensando en la Inglaterra de la década de 1960 y en las portadas de discos muy coloridas”, agrega Virginie Viard.

Al permitir infinitas combinaciones de colores y materiales, el tweed es un código eterno para la Maison: “Me encanta trabajar con él, no podría vivir sin él en CHANEL”.

#CHANELFallWinter

Fotos: gentileza de CHANEL