Moweek Invierno 18

Concluyó una nueva edición de Moweek y, como siempre, se transformó en una fiesta de colores y texturas. En esta oportunidad fue muy significativo el cambio en la agenda de los eventos: la extensión a lo largo de dos semanas permitió una participación más distendida y le dio más protagonismo a cada instancia.

Uno de los puntos destacados fue el evento de apertura en el edificio del Correo Central. Expresa la tendencia a reapropiarnos de la ciudad y sus espacios emblemáticos, y es una señal de integración de lo nuevo y lo antiguo, incorporando lo valioso de la arquitectura con la creación más reciente. El mismo mensaje de reapropiación urbana estuvo presente en el desfile de Zarvich. En los dos casos existió valor agregado y reafirma la moda como un producto cultural que sale de la antigua idea funcional para formar parte de las industrias creativas.

Muy atractiva resultó también la propuesta de pequeñas presentaciones de marcas emergentes (totalmente nuevas o en proceso de consolidación). Este formato aportó una mirada acotada pero valiosa a nuevos universos creativos.

Otra alegría fue el reconocimiento a dos propuestas que destacan el concepto de sustentabilidad a la vez que plantean productos muy atractivos a nivel de público:Positano y Agnes Lenoble. Esto nos recuerda que la moda puede ser soporte de ciertos valores, pero nunca debe perder la belleza y el atractivo de sus productos: las “lovemarks” saben que, en el minuto final, la compra es el impulso -emocional, irresistible- que nos lleva a apropiarnos de un objeto y disfrutarlo.

Mientras tanto, el reencuentro con marcas ya maduras y convocantes (que captan público en forma intensa) o -en el otro extremo- la creatividad naciente de los alumnos del Instituto Strasser: otra vez, la madurez creativa y el impulso refrescante.

Sentí, tal como otras veces, que el público masivo todavía no se siente suficientemente integrado. Moweek es un espacio de encuentro entre insiders y convoca un público segmentado, muy valioso, pero todavía acotado. Los estudios muestran que la sociedad uruguaya mira la moda nacional con interés, pero todavía se acerca de manera tímida. Aquí hay un terreno para seguir trabajando en la integración entre la creatividad y el mercado.

Por Verónica Massonnier.